domingo, 13 de abril de 2008

CHINA, ESE GIGANTE DESPIERTO

Llegamos a China casi sin haber mirado que hacer, ya que aqui nos juntamos con Raquel, la hermana de Ines, que aprovechando sus vacaciones de Semana Santa se nos une en esta parte del viaje. Ella se ha encargado de programar un tour al detalle por lo mas significativo de este inmenso pais. Nada mas llegar a Beijing, nos juntamos con Raquel en la planta que Fagor tiene en la ciudad, que es donde ella trabaja a temporadas. Nos ensena la fabrica y aqui conocemos a George, Tony, y compania, que son sus companeros chinos de trabajo (les encanta ponerse nombres ingleses!!), y son todos encantadores.

Pasamos un par de dias en Beijing admirando la belleza del Palacio de Verano y la imponente plaza de Tianamen. Tambien nos damos una vuelta por algun hutong, barrios antiguos a los que les quedan los dias contados ya que China esta modernizandose a pasos agigantados y estan demoliendo todo lo que huela a viejo. Tambien quedamos un par de veces para cenar con Izarra, una amiga de Raquel que se ha aventurado a pasar una temporada en China y aprender el dificilisimo mandarin. Que valiente, animo!! Por cierto, que despues de probar la autentica cocina china, tan rica y variada, volver a los restaurantes chinos de casa ya no sera lo mismo.

Aunque venimos avisados, no deja de sorprendernos ver en vivo y en directo que los chinos tienen un concepto de comportarse en publico radicalmente diferente al nuestro: escupen ruidosamente en el suelo, se te quedan mirando descaradamente, no respetan el espacio fisico del de al lado, y se saltan todas las colas sin inmutarse, metiendo el codo si hace falta. Pero aqui nada de esto se interpreta como de mala educacion, asi que toca cambiar el chip y ser tolerante ya que de lo contrario te llevas muy malos ratos. Y encima esto nos pilla despues de Japon, asi que pasamos de blanco a negro en un segundo.

Comenzamos la ruta tomando un tren nocturno a Pingyao. Las literas estan bastante bien, y el unico companero de compartimento es un local que no habla mucho, por lo que despues de degustar un poco de chorizo iberico riquisimo que nos ha traido Raquel de casa, nos quedamos dormidos en seguida. A las cuatro de la manana nos despierta la revisora y nos dice algo en chino. No entendemos nada, y como estamos durmiendo tan a gusto y todavia falta mas de una hora para la que nosotros creemos que es la hora de llegada a Pingyao, nos hacemos los suecos y seguimos roncando. A los cinco minutos vuelve la revisora y se lleva las manos a la cabeza cuando nos encuentra a los tres todavia en la cama. Empieza a hablar atropelladamente y muy nerviosa, y en ese momento se para el tren. Estamos en Pingyao. Tenemos un minuto para cambiarnos el pijama, coger el equipaje y salir pitando, porque el tren sigue su recorrido y no espera. Bajamos de un salto al anden, y al poco rato nos damos cuenta que le hemos dejado de regalo al maquinista la mitad del pijama de Benat. Aunque es de madrugada, el hostel (albergue juvenil) donde vamos a dormir se encarga de enviar a alguien para recogernos en la estacion. Nos acomodan rapidamente en nuestra habitacion, y en pocos minutos estamos otra vez planchando la oreja. No esta mal la eficiencia china!

Pingayo es un pueblo amurallado muy antiguo que llego a ser un centro comercial y financiero muy importante en la epoca imperial. Aqui se crearon los primeros bancos chinos. Conserva perfectamente la arquitectura de las antiguas casas de comerciantes y banqueros. El hostel donde dormimos es una de ellas, y es tan bonita que casi todos los turistas que pasan enfrente no siguen de largo sin entrar o sin sacar alguna foto. Pasear por este pueblo es una gozada, es como viajar atras en el tiempo. A pesar de estas abarrotado de turistas chinos, los dias que nos quedamos los disfrutamos al maximo paseando y curioseando entre las callejuelas.

Seguimos la marcha tomando un autobus hasta Taiyuan, la capital de la provincia, donde esta el aeropuerto desde donde volamos a la famosisima Xi'an. El trayecto, apretujados en el asiento trasero de un autobus en el que no cabe ni un alfiler y en el que somos los unicos occidentales, nos sirve para ver la cara sucia de esta region minera de China, con los pueblos destartalados llenos de polvo y suciedad en los que no se aprecia ningun tipo de bienestar.

Xi'an es la mas importante de las antiguas capitales imperiales chinas. Aunque de antiguo solo conserva las murallas y dos torres (la del Tambor y la de la Campana). Esta llena de vida, tiene zonas muy modernas y otras que guardan un encanto unico como el barrio musulman, lleno de comercio y un trajin impresionante. Mientras paseamos, hay gente que nos pide permiso para sacarnos fotos y nos miran con bastante curiosidad.

A pocos kilometros de la ciudad estan los famosos Guerreros de Terracota. Se han encontrado unas 8000 estatuas de guerreros y caballos, a tamano real, y todas ellas diferente entre si en su pose, su armadura, su tocado, y los ragos de sus caras. Parece ser que los artesanos que las moldearon se usaron a si mismos como modelo. Muchas estan restauradas, pero otras muchas estan en diferentes estados de conservacion y tienen si cabe aun mas encanto. Impresionan por su numero, por la expresividad de algunas de ellas, y tambien por el hecho de que tienen mas de 2200 anos de antiguedad!! Se cree que aun pueden quedar un numero desconocido de guerreros por desenterrar en los alrededores todavia sin excavar. Y tambien es impresionante su historia: estos guerreros fueron construidos por orden del emperador Qin Shi Huang para defender su mausoleo. Qin Shi Huang es uno de los emperadores miticos de la historia china, tanto por su tirania como por sus hazanas: fue el unificador del imperio, y ademas de los guerreros de terracota tambien fue el responsable de dar a la Gran Muralla china su forma definitiva que ha llegado hasta nuestros dias. La idea inicial del emperador fue que su tumba estuviese guardada por miles de soldados enterrados vivos. Algun ministro mas cabal le hizo cambiar de idea por una opcion mas humana: usar reproducciones de terracota en vez de soldados de carne y hueso. La tumba del emperador se encuentra a unos dos kilometros de donde se ha descubierto el ejercito de guerreros, dentro de una colina artificial que se dice tardaron 35 anos en terminar y en la que trabajaron 700.000 artesanos. Estos sufridos trabajadores fueron asesinados al concluir la obra, para no desvelar los secretos de las trampas que la custodian al mas puro estilo Indiana Jones. Tal es asi, que 2200 anos despues, y a pesar de ser conocida su localizacion exacta, nadie ha conseguido entrar en su interior. Todo un personaje este Qin Shi Huang!!!

Volamos a Guilin, dando un salto hasta el sur de China. Esta zona es muy conocida por su paisaje unico de curiosas formaciones carsticas en forma de picachos muy empinados, y salpicados de arboles. En la ciudad hay unos cuantos de estos penascos a los que se puede subir por unas serpenteantes escaleras, y aunque el tiempo no nos acompana y la niebla impide disfrutar de las panoramicas, ya se ve que en un dia despejado esto es realmente espectacular. Una excursion tipica es bajar en barco por el rio Li el tramo que une Guilin con Yangshuo: la ruta escenica mas famosa de China. Esperamos dia y medio a ver si el tiempo mejora, pero como la prevision es que vaya a peor nos decidimos por la alternativa de ir hasta Yangshuo, que tiene en sus alrededores uno de los paisajes mas bellos que hemos visto ahora en todo el viaje. Alquilamos unas bicis y silbando la melodia de "Verano Azul", pedaleamos a la rueda de unas turistas chinas que nos van marcando el camino hasta las afueras y nos perdemos por las aldeas de la ribera del rio. Ha escampado un poco y hasta el sol brilla a ratos. El camino esta salpicado de cultivos y podemos ver como trabajan la tierra con bueyes y herramientas de lo mas rudimentarias. Se palpa que la gente es muy pobre en esta zona rural, pero aun asi todo el mundo nos sonrie y nos saluda. La carretera sin asfaltar y llena de barro, que sigue el curso del rio, nos encamina entre los majestuosos penascos y aldeas en que la gente del campo trabaja duro ajenos a la belleza que les rodea. Pero para nosotros es una belleza que nunca olvidaremos y nos vamos con la pena de no tener mas tiempo para disfrutarla.
Hangzhou es nuestro siguiente destino, una ciudad moderna y aunque quiza no de las mas grandes de China, si es una de las mas limpias y ordenadas que hemos visitado. Por fin hace un tiempo esplendido, y lo aprovechamos paseando por el bello y famoso "Lago del Oeste" que esta en el corazon de la propia ciudad. Pasear por este gran lago, lleno de tranquilos jardines y elegantes puentes es una gozada, el plan perfecto para un tranquilo fin de semana. Vemos a los chinos que abarrotan el parque hacer una vida muy familiar, pasear, jugar con los ninos, volar cometas, alquilar barquitos para navegar por el lago, o hacer ejercicio al aire libre. La verdad es que el parque es muy chulo, y la vida que hay en el lo hace aun mas interesante a nuestros ojos.

De Hangzhou vamos a Suzhou, un pueblo "pequeno" de 6 millones de habitantes que tiene una zona antigua de canales salpicada de casas antiguas y farolillos rojos, con puesto ambulantes de comida por las esquinas. Otra vez, un decorado que nos transporta en el tiempo. De Suzhou en tren a Shanghai, una ciudad que a pesar de tener vistosos edificios modernos de toda clase y forma, alberga tambien ese olor y caracter de las ciudades muy trajinadas. Lo mas interesante ha sido recorrer uno de sus hutongs (barrios antiguos), lleno de casas destartaladas y puestos de comida a pie de calle que practicamente no dejan sitio a los peatones. Los menus que ofrecen son de lo mas variado y extrano para nuestra vision occidental.

Dos semanas despues de haber salido de alli, la vuelta a Beijing la hacemos en tren nocturno. El problema es que aun comprando el billete con tres dias de antelacion, ya no quedan plazas en los vagones litera. Asi que no tenemos mas remedio que comprar billetes de asiento, pues Raquel tiene un vuelo que coger. El tren sale de Shanghai a las ocho de la tarde, y no llega a Beijing hasta pasadas las nueve de la manana, asi que tenemos mas de trece horas de viaje por delante. Este acaba siendo una pequena pesadilla, pero la unica experiencia no agradable de toda nuestra estancia en China. Para empezar, todos los vagones van a tope y no solo los asientos estan ocupados, sino que incluso hay gente que se pasa las trece horas de pie en los pasillos, o doblados de mala manera en algun rincon que no este ocupado ya por equipajes. Asi que no hay sitio ni para estirar las piernas, y los viajes al bano (solo cuando son absolutamente inevitables) se convierten en una carrera de obstaculos. Para seguir empeorando el panorama, la gente no para de hablar en absolutamente ningun momento durante la noche, madre mia!! parece que tienen pilas alcalinas, y ademas se gastan un volumen bastante subido de tono. Cuando no estan hablando se ponen a dar buena cuenta de sus tentempies, que no tienen ningun problema en masticar y sorber ruidosamente en tu oido. Si les miras con ojos asesinos, ellos ni se inmutan. Asi que pasamos una noche medio en blanco y llegamos a Beijing por la manana hechos unos zorros.

Pero en vez de irnos a la cama nos cargamos de cafeina despues de una buena ducha, y nos vamos a dar una vuelta al famoso Mercado de la Seda. Es genial ir de tiendas cuando sabes que no vas a comprar nada, porque todas las estrategias de regateo te las tomas a broma, y acaba siendo muy divertido. Las dependientas, mas listas que el hambre, te saludan en castellano incluso antes de que abras la boca: hola guap@, mira, mira, barato!!!

Por desgracia, a Raquel se le acaban las vacaciones y se tiene que volver a casa. Nos despedimos con gran pena, ya que lo hemos pasado muy bien y nos hemos acostumbrado a ser tres!! Raquel se va, pero nosotros aun nos quedamos unos dias mas en los que visitamos el hermoso Templo del Cielo, el mausoleo de Mao donde se expone su momia embalsamada e iluminada con una luz naranja fluorescente que le hace parecer un autentico marciano, y como no la Gran Muralla china.

En la Gran Muralla hacemos un recorrido de 4 horas y 10 km, desde Jinshanling hasta Simatai, por el que dicen que es uno de los tramos mas bonitos de sus 6.400 kilometros totales. Hay partes bien conservadas, otras totalmente en ruinas, y tambien zonas restauradas. Todas ellas son una delicia de recorrer, con sus subidas y bajadas tan pronunciadas que en algunos sitios parece que vas a caer al vacio. Es increible como se las ingeniaron para construir la muralla que sube y baja sin piedad por las crestas de las montanas. Toda una obra de ingenieria!! Es uno de esos sitios que sin importar cuantas veces hayas visto en fotos no deja de impresionar.






La ultima noche en Beijing la aprovechamos para saldar un pequeno asunto pendiente: hincarle el diente a unos escorpiones crujientes, y probar los pinchos de serpiente a la parrilla. Nos resultan hasta ricos. Ummmm!!!!



Terminamos pasando por Hong-Kong, el puerto de Asia, un hibrido anglo-chino que sigue pareciendo un pais independiente en si mismo. No le falta encanto a su amalgama de gentes y culturas. Tiene un aire ingles en muchas cosas, pero 4000 anos de pasado chino se asoman tambien por todas sus esquinas. Al lado del mas imponente rascacielos de oficinas te das de morros con una tienda especializada en serpientes vivas. Encajonado entre moles de edificios modernos, estan templos de tiempos imperiales pasados, donde te leen la mano y te cuentan tu fortuna (el Man Mo Temple es un buen ejemplo). En ninguna otra ciudad hemos palpado como aqui el olor del negocio y del dinero.

Venimos predispuestos a que Asia nos sorprenda, pero de China hay que reconocer que no esperabamos gran cosa por la mala fama que tiene entre los viajeros que se quejan de lo desagradable de sus gentes, y de la dificultad de moverse y hacerse entender. Nosotros debemos de haber estado en otra China, porque dejando de lado esas costumbre suyas que nos chocan como de mala educacion por la diferencia cultural, en el resto nos hemos sentido excelentemente tratados y nos han ayudado en todo momento. En multitud de ocasiones al preguntar direcciones nos han acompanado personalmente, al intentar comprar billetes nos han hecho de traductores en la misma ventanilla de la estacion, nos han escrito frases en chino para poder entendernos con taxistas y autobuseros, e incluso han llegado a llamar por telefono para hacernos un favor siempre de forma espontanea y nunca esperando nada a cambio. Se ve que estan deseosos de recibir visitantes, y darse a conocer. Estan puliendo sus maneras a toda velocidad, casi tan rapido como construyen nuevas ciudades, aeropuertos, y autopistas. Los Juegos Olimpicos de este verano son su gran motivacion, y se les ve llenos de ilusion ante el reto. Sabemos que el gobierno chino es muy duro y restrictivo, y de hecho no hemos podido actualizar el blog hasta ahora ya que este tipo de paginas estan restringidas en China. Pero respecto a su gente solo tenemos buenas palabras.

China es el pais mas habitado del mundo. Si en nuestro recorrido por los USA aprendimos una nueva dimension de la palabra "grande", en China hemos aprendido una nueva dimension de la palabra "muchos". Cualquier desplazamiento, en cualquier medio de transporte, es toda una odisea ya que riadas de chinos se mueven constantemente para todos los sitios. Y en las ciudades, a cualquier hora y en cualquier sitio, hay siempre muuuuuucha gente por la calle.

No queremos terminar este capitulo sin agradecer a Izarra, Jesus y Javier su acogida y ayuda logistica con esos kilos de equipaje de mas que hemos ido acumulando.

Eskerrikasko y a seguir disfrutando en el Imperio del Centro!!!

viernes, 11 de abril de 2008

HACIA EL SOL NACIENTE

Aterrizamos en Tokyo alrededor de las siete de la manana con el cuerpo triste, en parte por la marcha de Bali, y en parte por el vuelo nocturno. Pero mas nos vale espabilarnos pues el primer reto ya se nos presenta al ir a coger el metro al centro: nos encontramos con un plano enorme, con un monton de lineas diferentes, y todos los nombres de las estaciones en japones. Al final, descubrimos una tecla milagrosa en las maquinas expendedoras de billetes: "english", que por lo menos traduce la informacion minima para poder comprar un billete. La gente a la que preguntamos intenta ayudarnos, pero otra gran sorpresa es descubrir que encontrar aqui a alguien que hable un poco de ingles es mas o menos como que te toque la loteria.

En cuanto pisamos la calle empiezan las nuevas sensaciones. Hace mucho frio, y desde los tiempos de la furgoneta por los parques nacionales del oeste americano, ya nos habiamos desacostumbrado. La gente no sonrie, y despues de tres semanas en Bali este se habia convertido en un gesto rutinario. El suelo esta inmaculado, algo que en principio no deberia sorprender tratandose de Japon, pero aun asi no deja de asombrarnos ya que apenas hay papeleras y no se ven barrenderos - conclusion: todo esta tan limpio por la sencilla razon de que los nipones no manchan nada, no generan ninguna basura por la calle.

Llegamos al albergue en el que hemos hecho reserva, y ocurre que en este pais todos los albergues tienen unas normas especiales diferentes al resto del mundo: registro de entrada solo unas horas limitadas por la tarde-noche, hora limite de vuelta por la noche pues cierran las puertas, no poder estar en el albergue la mayor parte del dia por tener una horas reservadas para limpieza (generalmente, de 10 de la manana a 5 de la tarde), y tener que descalzarse siempre a la entrada ya que dentro solo estan permitidas las zapatillas de casa que ellos te proporcionan amablemente.


Japon goza de fama de pais caro, pero pensamos que de forma inmerecida. Si es verdad que el transporte de largo recorrido lo es, pero todo lo demas esta a los mismos niveles que en casa, e incluso comer rico y con fundamento es mas barato.

A todas las particularidades de Japon nos acostumbramos enseguida, y a pesar del poco contacto que podemos tener con la gente por la barrera del idioma y su cultura tan introspectiva, tambien aqui nos encontramos muy a gusto y el viaje adquiere un sabor de aventura que es tan extrano de lograr en un pais del primer mundo. El topico de que en Japon conviven modernidad y tradicion de forma mucho mas evidente que en otros lugares del mundo, es totalmente cierto. Es imposible no darse cuenta de la devocion que tienen hacia los detalles, la importancia que dan a las pequenas cosas, y el guardar las formas. Su manera de comportarse dista mucho de la nuestra y son para nuestros estandares extremadamente educados: hacen reverencias cuando se despiden o se saludan, cuando te dan las vueltas en un restaurante, cuando das las gracias a alguien por la calle por haberte ayudado con una direccion, y en general casi en cualquier situacion. Todo esto le da un encanto muy especial a este pais.

Es cierto que aqui la gente trabaja sin descanso y que dedican la mayor parte de su vida al trabajo. Pero a la vez, por todos lados y a cualquier hora hay gente de compras (el deporte nacional) y de paseo con la familia o los amigos: hay mucha vida en la calle, tanto o mas como la que tenemos en casa, y se percibe que aprecian mucho su tiempo libre y lo disfrutan a tope. Por ejemplo, un fenomeno tipicamente japones es el "pachinko": unas maquinitas muy parecidas a nuestras tragaperras, que funcionan con unas bolitas de metal que debes comprar. En todas las ciudades japonesas abundan los locales de pachinko, llenos de estas maquinitas y japoneses enganchados a ellas. El juego es puro azar, se trata de ir insertando bolitas y que la suerte haga que caigan en unos agujeros concretos, no hay forma de dirigirlas ni controlar su direccion. Las salas de juego las hemos visto abarrotadas a cualquier hora del dia, lo mismo con amas de casa, gente joven, o ejecutivos en traje al salir de la oficina. Se quedan hipnotizados mirando a las bolitas caer, mientras la gran mayoria se fuman un cigarro. Asi que dentro de estos locales el ambiente es de lo mas insano, por el humo y por el enorme ruido que hay: imposible aguantar mas de dos minutos seguidos, y no es ninguna exageracion!!!

Como la estancia en Japon apenas sera de dos semanas, no tenemos expectativas de conocer muchos lugares. Pasamos los primeros cinco dias en Tokyo, y los siguientes los repartimos entre Kyoto, Nara y Osaka. Tokyo no es una ciudad especialmente bonita a primera vista, y al contrario que otras va gananado atractivo con cada dia que pasas en ella. Guardamos especial recuerdo del domingo en el templo Kannon de Asakusa, repleto de familias que despues de hacer sus rezos, banarse en humo purificador, y consultar su suerte, disfrutan del sol de invierno en el mercado que hay a su alrededor. La visita al mercado de pescado de Tsikuji, el mayor del mundo y donde se dice que se puede encontrar todo lo que viva en un rio, mar o lago. Y debe ser cierto, porque nos pasamos como dos horas viendo pescados de todas las clases, tamanos y colores, y la mayoria totalmente desconocidos para nosotros. Para rematar la manana, nos concedemos el lujo de un hamaiketako a base de sushi fresco en los alrededores del mercado: para chuparse los dedos!!!

Para desplazarnos hasta Kyoto, lo hacemos en tren bala (el famoso "shinkansen"). Para el que haya montado en AVE, no tiene nada especial, excepto que pasa a unos pocos kilometros del monte Fujiyama y se puede ver una panoramica de las que quitan el hipo. Pero hoy no es el caso: las nubes llegan hasta casi el suelo, la visibilidad es de solo unos metros, y poco antes de llegar a Kyoto empieza a caer aguanieve. Kyoto fue la capital de Japon durante siglos, y alli estan el antiguo Palacio Imperial y los templos mas famosos del pais. Ibamos a quedarnos solo un par de dias y al final acaban siendo cuatro.

De todos los templos que hemos visto en Kyoto, y han sido unos cuantos, el que nunca olvidaremos es el Fushimi Inari Taisha (Santuario de las 1001 Puertas): no contamos si realmente eran 1001, incluso puede que sean mas, pues ascienden majestuosamente por la montana en un recorrido sinuoso que nos costo algo mas de dos horas completar. Tambien tiene un ambiente muy especial el templo Kiyomizu y el barrio tradicional que hay en sus alrededores, lleno de tienditas de artesania y casas tipicas, con callejuelas empinadas donde te cruzas con geishas como si tal cosa. En general los templos y jardines japoneses no son especialmente vistosos, pero en el conjunto consiguen crear una atmosfera de serenidad y armonia dificiles de describir en palabras.

En Nara tenemos la suerte de ver uno de los festivales con que los japoneses celebran los cambios de estaciones del ano: en el templo Todaiji encienden unas antorchas gigantes que se dice tienen poder magico para ahuyentar los malos espiritus. Esperan hasta que se hace totalmente de noche para encender las antorchas, asi que algunos incluso acampan desde bien temprano con la manta de picnic y algo para picar en la base del templo (este esta construido en una ladera con mucho desnivel y se apoya sobre unos pilares enormes), para que cuando empieza el espectaculo les caigan encima las cenizas purificadoras.


Osaka es una urbe enorme, mucho mas imponente que Tokyo. Apenas conserva vestigios de su pasado, pero el famoso Castillo de Osaka es suficiente prueba de que alguna vez lo tuvo. Los cerezos del parque que lo rodea estan empezando a florecer y nos acabamos enganchando al pasatiempo favorito de los japoneses, que es la contemplacion y admiracion de "sakura" (la flor del cerezo). Tenemos la suerte de que acaba de iniciarse en estos dias el primer campeonato de sumo del ano, y es en Osaka, asi que nos apanamos para hacer un hueco en la agenda y alla nos vamos a pasar un par de horas viendo combates que se suceden durante todo el dia, empezando temprano por la manana con los amateurs, y llegando al momento mas esperado a ultima hora de la tarde con el enfrentamiento entre los profesionales de mas alto rango. Nos sorprende que los combates propiamente dichos duren muy poco, siendo el ritual de preparacion para la lucha la parte que mas tiempo lleva. A la salida, coincidir en el mismo vagon del metro con luchadores de sumo en su atuendo tipico ha sido todo un punto!!!

Y ya toca volverse a Tokyo para ir pensando en el proximo destino. Aprovechamos nuestra ultima tarde para ir a una sesion de teatro "kabuki" (teatro tradicional japones). De la trama, nos enteramos muy poco la verdad, pero nos hemos entretenido buscando los posibles significados a la representacion y disfrutando de la musica y la escenografia. Casi tan curioso como la propia obra, ha sido ver como gente del publico grita a los actores en los momentos cumbres de la representacion con lo que nosotros creemos son vitores pues lo hacen con todo el corazon. Estos japoneses no dejan de sorprendernos!!

Tambien la cocina nos ha cautivado, y al irnos de Japon dejamos dos amores que nunca olvidaremos: los pasteles de arroz rellenos de pasta dulce de alubia (los "daifuku" de Benat), y las empanadillas de arroz rellenas de carne (los "gyoza" de Ines). El sushi es el tercer amor, este compartido, pero que ya lo traiamos de casa. Nosotros siempre pensando con el estomago!!!