jueves, 4 de diciembre de 2008

EL RELAX NOS INVADE

Desde Vientiane, seguimos el curso descendente del rio Mekong en direccion sur, hacia las llamadas Four Thousand Islands (4000 Islas), en la mismisima frontera con Camboya. En esta zona el rio Mekong se ensancha y cuando su caudal disminuye en la epoca seca, surgen infinidad de pequeñas islas en el medio del rio. Y aunque ahora estemos ya al principio de la estacion de lluvias y no haya tantas islas al descubierto, el encanto de este sitio es el mismo. Llegar hasta aqui no resulta facil, y hay que combinar varios buses y un bote. Pero tal como nos ha pasado en todas las ocasiones hasta ahora, lo que encontramos al llegar hace que todas las horas de viaje hayan merecido la pena. Y además, el propio viaje es parte importante de la propia experiencia.


Cuando llegas aqui todos los relojes se paran, y todas las prisas desaparecen. Esto pasa un poco en todo Laos, pero quiza aqui de forma mas palpable incluso. Nosotros no hemos sido tan hippies como para quedarnos a dormir en alguna de las islas mas pequeñas, donde solo hay bungalows de bambu a la orilla del rio, con solo unas pocas horas de electricidad al dia. Pero aunque nos hemos quedado en Don Khong, la isla mas grande la zona, solo estabamos un puñado de turistas en toda la isla, y hemos dormido en una tipica casa laosiana de madera de teca con un porche donde es todo un lujo ver echarse la tarde, desayunar por la mañana, o contemplar a su resguardo las tremendas tormentas que trae el monzon muchas tardes. Y en este porche es donde hemos coincidido por primera vez con Marion y Stephane, una pareja francesa que recorre el Sudeste sin fechas y con todo el tiempo del mundo, y con quienes seguro volveremos a vernos.

En Four Thousand Islands el relax impera las 24 horas del dia, y es facil perder la nocion del tiempo o la prisa para ir a ningun otro lado. Por suerte, la prisa no forma parte de nuestro equipaje, asi que nos quedamos unos dias solo por el gusto de estar. Para meterle un poco de actividad al cuerpo, alquilamos unas bicis para recorrer la isla y es estupendo atravesar aldeas de campesinos con todos los niños del lugar saliendo a nuestro encuentro mientras gritan "sabaidee, sabaidee" (¡hola, hola!) a pleno pulmon. Aunque a cada rato surge la tentación de pararse en el camino y quedarse a contemplar la belleza y la paz que nos rodea, acabamos recorriendo los 30 km de vuelta antes de que se nos haga de noche.


Otro dia hacemos una excursion en bote por el rio, disfrutando del paisaje y visitando unas pequeñas cascadas que marcan la frontera entre Laos y Camboya.


Y por si todo esto fuera poco, en este sitio descubrimos uno de los manjares mas sencillos y a la vez mas ricos que hemos probado en el viaje: el "sticky rice", ese arroz glutinoso que hace las veces de pan para muchos paises del Sudeste, y al que nosotros nos hemos aficionado ciegamente. También conocemos otras especialidades laosianas, todas ellos muy curiosas y de sabores poco habituales.

2 comentarios:

Marketing Automotion dijo...

Hola, hace una semana descubrí tu blog y la verdad es que me ha gustado muchísimo. ¿Podrías escribirme un mail a gonzalomoren arroba gmail punto com? Tengo un tema bastante interesante que proponerte. Muchas gracias y un saludo,

Gonzalo

Anónimo dijo...

hola chicos!!!

oye aclararme una cosa?habeis vuelto a salir? o que?orque viendo las fotos de las publicacion me he quedao sorprendida.

En fin que esteis donde esteis esperamos que paseis unas felices fiestas.
Nosotros os esperamoos aqui en Koh Tao tailandia, donde aun nos quedanu par de meses.

Besos

sebas y eva